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jueves, 27 de mayo de 2010

Touch of Evil (1958) Orson Welles

Ha estallado un artefacto explosivo implantado a un automóvil en plena frontera México-americana. El incidente iniciará la tensión entre las autoridades de ambos países, especialmente entre el capitán Hank Quinlan, y el agente de policía mexicano Ramón Vargas, quien junto a su novia, fue testigo del atentado.

Magnifico film-noir escrito, dirigido y protagonizado por el gran Orson Welles, completando la que seria su última obra en el continente americano, para luego trasladarse a Europa debido a su casi nula libertad creativa en el país del tío Sam. Welles seria despedido en la post-producción de la cinta y obligado a ver como el estudio montaba su propia versión. Este no tuvo más remedio que redactar un extenso memorandum, pidiéndole a los ejecutivos un nuevo corte, el cual tristemente le seria concedido después de su muerte, exactamente cuarenta años después del estreno de esta gran película.

Basada en la novela “Badge of Evil” de Whit Masterson, el film explora la línea moral, ética e incluso étnica demarcada entre dos agentes de la ley, interpretados de forma magistral tanto por el propio Welles como por Charlton Heston. El primero, un irascible capitán de policía estadounidense, xenófobo y de difuso sentido de la justicia; el otro, un honesto policía mexicano, aguerrido y suspicaz.

El barroquismo de su director y la fuerza visual de la fotografía expresionista de Russel Metty logran capturar la esencia atmosférica del cine negro, tan apesadumbrada como inquietante, ilustrada a la perfección tanto en el extenso plano secuencia que abre la cinta, como en la memorable escena de hostigamiento a la bella Janet Leigh en un cuarto de hotel.

A todas las virtudes del film se le suma la gran banda sonora de Henry Mancini, el gran reparto de estrellas, entre ellas unos geniales Akim Tamiroff, Joseph Calleia y Dennis Weaver; la “participación especial” de Zsa Zsa Gabor y Marlene Dietrich, además de los cameos tanto de Joseph Cotten como de la inquietante Mercedes McCambridge, quien dos décadas más tarde proveería la voz del demonio en “el exorcista”.

Uno de los trabajos mas sobresalientes de su autor, que seria catalogado por el director y guionista Paul Shrader como el "canto del cisne" de la edad de oro del cine negro.

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