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sábado, 21 de agosto de 2010

Blade Runner (1982) Ridley Scott

La ciudad de Los Angeles fue alguna vez un soleado paraíso, pero en esta pesimista visión del futuro, es un agujero infernal de luces de neón, fabricas de altísima polución y torrenciales lluvias, en donde los humanos luchan una guerra secreta contra la creciente amenaza de androides conocidos como 'replicantes'.

Cinta basada en la novela distópica de Philip K. Dick "sueñan los androides con ovejas eléctricas" y bajo la dirección del esteta británico Ridley Scott, quien a pesar de su a veces innecesario aletargamiento y bordear peligrosamente el simbolismo inane y la vacuidad estética; logra algunos momentos de gran belleza y lirismo, gracias a la fotografía de Jordan Cronenweth, captando a la perfección la atmósfera melancólica y desasosegante del cine negro, trasladado a varios decenios en el futuro. Meritorio también es el trabajo de Vangelis en la banda sonora, y el diseño artístico cyber punk de Syd Mead.

El hecho de haber sido un enorme fracaso comercial produjo varias alteraciones en el filme original, siendo "el corte del director" la mejor opción si se quiere conocer esta obra de la manera en que su realizador la visionó en un principio.

The Machinist (2004) Brad Anderson

Quien no es ajeno al cine de Roman Polanski y particularmente a su trilogía de apartamentos compuesta por obras maestras del terror psicológico como repulsión, el inquilino y el bebé de Rosemary; se sentirá nadando en aguas conocidas, que en el caso presente muy apesar de estar contaminadas por clichés del genero, giros y pistas falsas, doppelgängers y agujeros argumentales; la fantasmagórica puesta en escena y buen pulso de Brad Anderson, junto a la cadavérica e intensa presencia de Christian Bale se unen para olvidar esas falencias y adentrarnos con todo en el cuento de culpa existencial de un obrero de fabrica paranoico esquizoide.

Otros puntos a favor son la presencia de la Británica Anna Massey, veterana del genero, y la música "Hermanniana" de Roque Baños. Pero es Bale quien se lleva mis más sinceros aplausos por someterse de lleno, física y psíquicamente, a su inquietante encarnación.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Brazil (1985) Terry Gilliam

¿Cuando despiertas de tu más maravillosa fantasía, solo logras regresar a tu pesadilla diaria?

El tímido Sam Lowry (Jonathan Pryce) es un empleado de los servicios centrales, una rama del gobierno especializada en inmiscuirse en la vida de los ciudadanos hasta el punto de controlar todo lo que estos realicen. Al mismo tiempo, Sam conocerá a Archibal Tuttle (Robert De Niro) líder de la revolución en contra del gobierno fascista que domina a su gente.

La obra maestra del esteta y ex "monty python" Terry
Gilliam, el único miembro americano del genial grupo de comediantes Británicos de socarrona y acida mirada a la sociedad, las altas esferas y los sacrosantos valores que imperaban en su país.

Esta distopía tragicómica bebe de fuentes tan eclécticas como el "1984" de George Orwell y el delirante "8 1/2" de Federico Fellini. Estas dos influencias son tan marcadas que Gilliam titularía provisionalmente su obra como "1984 y medio"

La carismática interpretación de Jonathan Pryce, la lirica y rimbombante imaginería visual de su hacedor y la etérea banda sonora de Michael Kamen hacen de Brazil una cita obligada a cualquiera que, al igual que Sam, goce de fértil imaginación y los deseos de no sucumbir ante el despotismo de la gran maquinaria estatal.

Un devastador y extrañamente edificante epilogo cierra esta cautivadora sátira. Erigida por algunos, entre los que me cuento, como la gran película de culto de los 80.

The postman always rings twice (1981) Bob Rafelson

En tiempos de la gran depresión americana, un autostopista llamado Frank Chambers (Jack Nicholson) va a parar por cuestiones del destino a una cafetería administrada por un hombre griego (Jhon Colicos) y su joven esposa (Jessica Lange) en el hogar de la pareja se le ofrecerá estadía y un empleado como mecánico automotriz. Solo tras ver a la esposa del hombre, el desempleado, vividor y libidinoso, acepta la oferta.

Basado en la novela homónima de James M. Cain, con guion de David Mamet (su primer encargo) y dirección del amigo de Nicholson, Bob Rafelson.

Un ejercicio que trae de vuelta el cine negro, esta vez mas fiel al morbo de la novela original,
explota de manera explicita con óptimos resultados los encuentros eróticos de la pareja protagonista, imágenes sexuales de las que carece la versión cinematográfica de 1946, debido a los estrictos estándares de censura de la época.

La idónea puesta en escena sirve para retratar la cruda atmósfera de los años 30, en donde se ubica esta inolvidable historia de un amor imposible y de consecuencias fatales, típicas de su corriente cinematográfica, bajo el eterno manto del pesimismo extremo, el fracaso, el romanticismo y la muerte.