En tiempos de la gran depresión americana, un autostopista llamado Frank Chambers (Jack Nicholson) va a parar por cuestiones del destino a una cafetería administrada por un hombre griego (Jhon Colicos) y su joven esposa (Jessica Lange) en el hogar de la pareja se le ofrecerá estadía y un empleado como mecánico automotriz. Solo tras ver a la esposa del hombre, el desempleado, vividor y libidinoso, acepta la oferta.
Basado en la novela homónima de James M. Cain, con guion de David Mamet (su primer encargo) y dirección del amigo de Nicholson, Bob Rafelson.
Un ejercicio que trae de vuelta el cine negro, esta vez mas fiel al morbo de la novela original,
explota de manera explicita con óptimos resultados los encuentros eróticos de la pareja protagonista, imágenes sexuales de las que carece la versión cinematográfica de 1946, debido a los estrictos estándares de censura de la época.
La idónea puesta en escena sirve para retratar la cruda atmósfera de los años 30, en donde se ubica esta inolvidable historia de un amor imposible y de consecuencias fatales, típicas de su corriente cinematográfica, bajo el eterno manto del pesimismo extremo, el fracaso, el romanticismo y la muerte.
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